Leopoldo Chariarse/La noche
La noche
« Salgo a sentir el ávido sexo de la noche
la niebla sus entrañas de pantera en celo
su respiración entrecortada de estatuta
de arena humedecida por el roce de une boca invisibile
cuando se agrietan los muros y nueva vegetación irrumpe
despavorida violentando los reductos del tiempo
cuando las calles de la cuidad se vuelven senderos
hacia una playa
cuando me pierdo en sus brazos de isla arrastrada
por la corriente »
La nuit
« Je sors pour sentir le sexe avide de la nuit
le brouillard, ses entrailles de panthère en rut
sa respiration haletante de statue
de sable mouillé par l’effleurement d’une bouche invisible
quand les murs se lézardent et qu’une végétation nouvelle surgie paniquée
en forçant les réduits du temps
quand les rues de la ville deviennent des sentiers
menant à une plage
quand je me perds dans ses bras d’île
emportée par le courant »
Leopoldo Chariarse, La cena en el jardìn [1975], La Maison internationale des poètes et des écrivains, 8e édition des ateliers de traduction, Saint-Malo, 2001.
BIO-BIBLIOGRAPHIE
Né à Chiclayo (Pérou) en 1928, Leopoldo Chariarse étudie le français et l’italien à Lima où il suit également des cours au Conservatoire. Il y apprend le piano, le luth et la harpe. Puis il se spécialise en littérature et en ethnologie à l’Université catholique. En 1951, ayant obtenu une bourse d’études, il se rend à Paris où il s’inscrit à la Sorbonne (musicologie et histoire de la musique ancienne) et fait la rencontre de Benjamin Péret et d’André Breton. Puis il se lance sur les voies de la méditation et du yoga. Sa passion pour l’hindouisme le conduit à se rendre souvent en Inde. Dès lors, il se consacre à l’enseignement du taoïsme et du bouddhisme. Notamment à Düsseldorf où il dirige la « Société pour la diffusion des sciences humaines ».
Leopoldo Chariarse a publié de nombreux recueils de poésie dont Los rios de la noche (1952) ; La cena en el jardìn (1975), Los sonetos de Spoleto (1975), Himnos (1983), Los Sonetos (1999), etc.
Autres poèmes de Leopoldo Chariarse disponibles sur la Toile (site Umbral) :
Tres elegías
1.
"A la belleza
Alma en quien todo nace y se renueva
haz que cuanto surgiera de mi boca
sea plegaria que hacia ti se eleva
cual de instrumento que tu mano toca
y vuele a ti en el gesto de mis manos
tal como danza que tu paso evoca
y mis pies de los tuyos soberanos
a las huellas se acerquen y escondida
senda de infancia y últimos arcanos
lleguen en que despliegas sin medida
ni término tu fuente favorable
de donde mana sin cesar la vida
tú música dichosa y siempre amable
hija de las montañas y pastora
o guerrera terrible cuyo sable
fúlgido nos protege a toda a hora
tinieblas y demonios rechazando
vuelve hacia mí tu faz embriagadora
que bebieran mis labios celebrando
la luz que brota azul de tus pupilas
volcán de amor y mar de aguas tranquilas
en mis ojos los tuyos contemplando"
2.
"A una estatua en un parque
Dichosa tú que en medio de la hiedra
tus pesares olvidas y fatigas
ninfa de luz que convertida en piedra
oyes cantar solícitas y amigas
las aves cuyo vuelo te acercaba
fragantes frutas y ásperas espigas
de cosechas que el tiempo te negaba
ventanas ya cerradas a la gloria
de un cuerpo que sin fin en ti gozaba
distante sol robado a la memoria
de ajenos días y ávidos cuidados
recomenzando la implacable historia
por quien tus pasos fueran orientados
hacia un volver al goce sin medida
allí donde los brazos bienamados
diérante eternizada forma y vida"
3.
"A la estrella del alba
Tú que anidas en medio del vacío
y detrás de las últimas estrellas
sueltas tu cabellera como un río
vuelve que ya maduran las grosellas
y las fresas recuerdos de tu boca
y en el prado florido las centellas
de tu mirada la avalancha loca
del estío renuevan y enrojece
los tejados su fuego cuando toca
por fin el sitio ansiado en que aparece
sonriente tu belleza que ilumina
lánguida espera que el insomnio acrece
atisbando tu vuelta en cada fina
hebra de luz con que tu faz me salva
del horror de la noche que termina
con tu presencia en el rubor del alba"
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